En la clase de anatomía, el cadáver resultó ser el de mi exnovia… Desde entonces, he vivido experiencias extrañas e inexplicables.
Un autobús suspendido, que solo sube y lleva directo al embalse.
Un árbol de acacia en el hospital, tan frondoso como mortal, capaz de devorar carne y huesos.
En la orilla del río Qing Shui, un pez gigante clama ayuda noche tras noche.
Y un burdel aterrador, cubierto con piel humana, que jamás cierra sus puertas.
Todo ocurre sin descanso, como si nunca tuviera fin…
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